Crónicas de aquella Entidad y del Espacio

Santiago Ospina autor publicado, poeta, poemas

Día 1

El tiempo empezó a transcurrir como de costumbre, dentro de una vida que pareciera normal en la quietud de la cinética. Después de un momento vacío de sueños, se despierta una entidad un tanto agitada por el abrir de los ojos con un dolor a causa del encandilamiento que genera esa primera luz que entra en las retinas de la vida. Los pulsos cardiacos se sintonizan con las manecillas de los relojes invisibles, bombeando sin parar la existencia misma.

El mundo de aquella entidad empieza a aumentar con su consumo de imágenes; de emociones que suben y bajan como ascensores desenfrenados sin cadenas que sostengan sus precipitaciones; de recuerdos de un ayer que dedican un homenaje a ese sol naciente; de sensaciones explotadas por los volcanes bioquímicos y bioeléctricos de las fuentes de la vida; de deseos lujuriosos y salvajes, naturales o bien animales sueltos en la selva sagrada del placer; de sueños vistos por los ojos, sentidos por la piel, tocados por las yemas; olidos por la existencia; degustados por la pasión.

Es probable que aquella entidad se estaba buscando así misma en una mañana fuera de lo normal —¿y qué es lo normal? Una voz en silencio pregunta dubitativamente —. Había algo rondando en el ambiente; un fenómeno que desatará el inicio de esta aventura en quietud y en movimiento simultáneamente.

El tiempo de aquella entidad busca acelerarse o desacelerarse, todo dependiendo de las reacciones qué él mismo tiene frente a los fenómenos naturales o imaginarios – dependiendo si es observado o si se está observando —. Los presentes seguían ocurriendo en el desplazamiento sigiloso de este mismo: la primera rutina, por lo general, es una elongación severa y dérmica que hace que se escurra el máximo de venenos que la ansiedad y la incertidumbre causan infinitamente a la existencia. Aun así, la búsqueda del espejo con esa entidad hace que el equilibrio físico con el tiempo disminuya a ciertas velocidades imaginarias hacia lo que todavía no puede existir. Mas, he aquí la pregunta, ¿qué significa estas velocidades imaginarias de este universo enredado? Se cuestionan la entidad y el tiempo incesantemente.

Una explosión fenoménica ocurre enseguida. Es acá donde nace la historia del espacio de aquella entidad. Se podría decir que él siempre ha existido dentro del tiempo o viceversa, aun cuando las imágenes, en su rutina, lo visualizan detenidamente, ignorándolo. Todo ocurre hace unos presentes atrás, cuando el espacio empezó a tener un contacto con aquella entidad: discusiones y preguntas que divagaban la eterna espera del encuentro entre ellos; sentados en aquella silla, un tanto incómoda y coloreada con mal gusto; respirando el sufrimiento de las eternas preguntas y viendo las respuestas incómodas llegar al espacio ignorado. Las causas de este encuentro son numerosas e interminables y fatigantes, pues a causa de una epidemia imaginaria, todo el engranaje de las demás piezas fueron dándose de manera asimétrica tanto de aquella entidad, como del espacio, hasta que se llegó a tal punto que estos dos seres se volvieron un solo caos — ¿y la entidad? Ellos preguntaron asombrados después de su descubrimiento —. 

Todavía aquella entidad no logra percatarse de este fenómeno, pues es imposible saberlo todo en el cosmos de la existencia, ya que el tiempo, en su afán de avanzar y de conocerlo todo, ha llevado a que el espacio se fuera desconectando de su fluidez. Así, este último sabe que, en unos presentes ilusorios, se tiene la esperanza de ver físicamente el torbellino de imágenes creadas por aquella entidad que ha estado nadando en el océano de las dudas caóticas. A pesar de esto, el tiempo todavía no ha entendido muy bien lo que todo esto decora en alguna verdad; una ignorancia inocente diría algún sabio caminando sin rumbo.

Muchas veces en el pasado de aquella entidad se le escuchaba hablar sobre el silencio y su importancia en la relación con algún cosmos, así como con en el amor; también sobre el valor de las palabras y de las sensaciones como factores de reciprocidad, sin embargo, en la verdad del movimiento, esto no tiene ningún valor absoluto. 

Hoy, ya en la oscuridad de la noche, aquella entidad se prepara para volverse atemporal con el sabor amargo de la verdad contada: el espacio solo quiere ver y sentir el silencio, y allí, el tiempo no existe, y ¿la entidad? En su eterna espera…

Día 2

El tiempo se despertó hoy un poco aturdido por las sensaciones y palabras recibidas de la oscuridad anterior. Es como si él entrara en un proceso de duelo con el pasado, en el cual incluye a aquella entidad para volver a nacer en una sincronización que antes existía y que todavía trata de existir, pero al interior de otras dimensiones un tanto desconocidas. Como de costumbre, el tiempo se acelera en los primeros rayos del sol de primavera y se pone a trabajar en sus segundos, minutos y horas. En cada presente, el tiempo sentía ciertas presencias del espacio, el cual ya había entrado en un silencio aún más profundo. Aquella entidad sigue sumisa al miedo del tiempo en silencio.

El pasar de los presentes, aquella entidad se procuró por visitar la sabiduría universal de la experiencia, cuya relación siempre ha dado buenos frutos. En esta visita, estos dos personajes entablaron un diálogo profundo para que aquella entidad lograse captar sutilmente lo que significa el silencio entre ella y el espacio. Justamente, a través de un espejo, la experiencia llevó a aquella entidad a la constitución de estas crónicas, puesto que el olvido que se quiere tener no es de la persona física, sino más bien de la imagen y el resentir que esa imagen hace explotar dentro de la vida de ella. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el contexto de esta última es supremamente difícil y que tener ese contacto que antes se tenía con el espacio es una ardua tardea por culpa de la circulación de tiempos enfermos, los cuales han hecho que todo el cosmos, en sus direcciones cardinales y cartesianas, provocan una quietud en la cinética. Aunque teniendo unos presentes por delante, todo parece indicar que aquella entidad y el espacio, contra todo pronóstico, lograrían encontrarse.

Así, para finalizar este destello luminoso terrenal, aquella entidad logró hablar con otro espacio que entiende la vida de ella. En esta conexión, quizás familiar, se consiguió captar aún más lo que significa este silencio. El compartir de la vida de aquella entidad con el espacio debe ser traducida en otros mundos, en otros ojos, en otros corazones. Lo que se compartió en algún momento ya no es causa de conexión, pues la presencia física es fundamental para sentir completamente la vida del otro. Por lo tanto, hoy, aquella entidad se despide del sol no con un adiós, ni con un "hasta pronto", sino con una presencia silenciosa que continúa viva y que en algún momento cobrará existencia propia dentro de la unión del tiempo, del espacio y de aquella entidad. Así como el sol en el crepúsculo se une al mar y la oscuridad.  

Día 3

Esta vez aquella entidad empezó a entender mejor su lugar en el espacio. Un lugar vacío, lleno de energía a la cual ella tanto había estado buscando. Por primera vez, después de algunos presentes vividos, ella se abre a una nueva historia, una en la cual el equilibrio entre lo deseado y lo obtenido florece gracias a la presencia de la calma. Como ya es costumbre en la vida de aquella entidad, el tiempo nace en los segundos y los minutos de manera lenta y agitada, respirando la energía de la quietud y estirando las extremidades de sus manecillas en todas las direcciones para que sus tejidos corporales liberen todo ese peso que trae el pasado con sus dualidades.

El paso del sol ha sido algo caluroso, aunque el viento del norte todavía desciende al sur con alguna corriente fría e invernal. El mundo se despierta dentro de los rayos de este gran astro para posarse frente a él y absorber todo su cariño; los infantes inocentes juegan, los músicos a la espera de su público salen a cantar melodías y tocar las cadencias de lo que alguna vez fue una gran fiesta; los enamorados se pasean tomados de la mano, disfrutando de sus simples existencias. Aquella entidad, por su lado, aprovecha esta nueva libertad para entender profundamente el significado del silencio entre ella y el espacio, en el cual se recuerda que en algunos pasados se habló de abrazar el corazón y de tener el foco sobre la llama de la pasión. El tiempo se acordó de ella y salió a escuchar los sonidos del Cosmos, y respirar el aire de la bienamada libertad.

El final del presente es algo tranquilo, explorando preguntas y respuestas sobre vidas pasadas, gustos pasados, que hacen apreciar, que todo pasado es completamente diferente a cualquier instante. Así, aquella entidad se empieza a dar cuenta que todo ha cambiado y, por consiguiente, la presencia del espacio en silencio reina en el corazón, en las entrañas, en las profundidades de la consciencia de ella. Hay algo en el Cosmos que dice que todo ya está escrito y dicho en la historia del amor. Un misterio al cual aquella entidad no se atreve a revelar verbalmente. Es por esto que el reino del silencio es aún más poderoso que las angustias y ansiedades de las palabras. Ya, por último, las cartas de la magia esotérica revelaron el proceso del presente. Es decir, un momento de reparación profunda donde la fuerza sensible del león se va despertando poco a poco y la sabiduría de la inocencia experimentada empieza a observar detenidamente cada movimiento de aquella entidad para llevarla hacia ese puerto grande que es la vida en amor en el silencio con el espacio.

La noche llegó y la muerte de la imagen tuvo su honor en las pulsaciones del corazón de aquella entidad. Sintiendo profundamente el paso de sus segundos, minutos, horas, días para acercarse, poco a poco, al gran viaje de una conexión final.

Día 4

Aquella entidad empezó a sentir una presión cardiaca. Una presión que indica que algo en el ambiente ha cambiado, y que causa un dolor que todavía persiste. El día empezó como de costumbre, aunque en el mundo muerto del tiempo, la costumbre no existe; todo es un gran volcán de erupciones bioquímicas y bioeléctricas, viajando por todo el espectro, cambiando cada segundo los estados de aquella entidad, sumergiéndose esta última en las profundidades cuánticas de las oscuridades del vacío. Una bonita observación de la vida cotidiana de todo aquel que vive en la locura de la existencia terrestre y cósmica.

Durante los presentes luminosos de aquella entidad, el tiempo encontró una cierta eficacia en el paso de los segundos a los minutos, de los minutos a las horas, sintiendo momento tras momento un vasto silencio en medio del estruendoso ruido del mundo. El dolor cardiaco generado por las pulsaciones del segundero seguía estando presentes. No obstante, estos fueron experimentados con la belleza del disfrutar del sufrimiento existencial — teniendo en cuenta que dicho sufrimiento no es más que un parque de diversiones donde aquella entidad encuentra su alegría, tristeza, adrenalina…—

En algunos momentos, las sonrisas fueron apareciendo, algo que no se veía muy seguido en la fachada externa de aquella entidad, pues su pasado dual y amoroso ha creado más tormentas que días soleados. Y es que el amor, esa sustancia tan extraña a la cual nos apegamos como imagen y la destruimos como acción contradictoria a su belleza natural. Entretanto, el silencio y espacio, al cual hay que mencionar de vez en cuando, han sido también una gran influencia en este sufrimiento existencial de aquella entidad. La imagen del espacio se va diluyendo poco a poco por el bien de los enamorados vivos en libertad.

Cuanto al tiempo, en una de sus genialidades de alquimista, aquella entidad descubre un pozo lleno de pasión escondida y necesaria para atraer su atención a estas profundidades atemporales, donde lo dormido encuentra su nacer en el inicio de los tiempos sin tiempo. Este pozo contiene las flores de la vida en unión, yendo hacia donde el sol se une con el mar; hacia donde las células se fusionan dentro de la materia; hacia donde la cinética de las moléculas encuentran su canal infinito de libertad.

La noche cae y las piezas del tablero de la paciencia y de la observación nacen para dar vida a la unión entre aquella entidad y su espejo conversador de figuras del pasado, recordando melancólicamente sus épocas experimentadas, dándole jaque a los reyes de la antigüedad. Los sonidos de música de lo que ha muerto llevan a estos dos personajes a perderse en preguntas y respuestas sin sentido sobre hechos traídos por las memorias agitadas, entendiendo el dolor del apego a la imagen y de la libertad de la muerte de esta misma. El silencio está fluyendo hacia la conexión de los espacios presentes, sintiendo en el fondo una unión misteriosa que viaja por el tiempo para encontrarse con el espacio a través de los ojos enamorados.

Día 5

Aquella entidad se despertó nuevamente con ese dolor cardiaco que la estaba persiguiendo desde ayer. Sin embargo, el recuerdo del nacimiento de una genialidad llevó al tiempo de ella a conectarse con algo que, quizás, es la virtud absoluta para existir de nuevo en el espacio. En el florecer de la pasión, el tiempo va logrando despertar esa energía intensa que hace que las horas se vuelvan minutos, los minutos segundos y desde los segundos, el vacío, la nada.

Los sueños tocan en la puerta de aquella entidad de una manera donde las preguntas sobre la verdad de estas imágenes visualizadas en su silencio. El cuestionamiento se torna un tanto curioso, pues el espacio en su quietud muestra numerosas posibilidades de sueños, ¿qué es este lugar en la vida del tiempo? ¿Cuál es este camino mostrándose en el mundo de lo imposible? ¿Algún fenómeno ocurrirá para que este camino no sea una bifurcación de vidas? Son preguntas sencillas y complejas que los deseos enamorados del tiempo tienden a influenciar la respuesta racional y sabia de aquella entidad. Un no sé se vuelve la respuesta más frecuente que el tiempo escucha en cada contacto con otros tiempos, con otras experiencias, con otros sueños.

El sol acompañó la jornada a lo largo de sus montañas rusas de emociones y sensaciones, de preguntas y respuestas, de diálogos y silencios. En estos presentes aquella entidad empezó además a tener ciertos lenguajes que van conectados a las verdades en movimiento, reencontrando el poder de la comunicación y de la presencia humilde como todo buen servidor cósmico. Esta logró que el tiempo avanzara en sus responsabilidades minuteras, cumpliendo a cábala con su tarea de avanzar.

Al entrar la oscuridad de la luz lunar, aquella entidad se dedica a explorar mundos literarios, poéticos, científicos, novelescos, encontrando lenguajes desconocidos y familiares, conexiones místicas y físicas; viajando a través de los mundos metafísicos, alimentando los sueños y prendiendo el fuego de las pasiones volcánicas. Después, esta tuvo uno de los más mágicos diálogos con una estrella que ella siempre ha admirado. Este astro le demostró lo que es la responsabilidad de los sueños y de seguir navegando en estos océanos.

Es así como finalmente aquella entidad cierra sus presentes físicos y se va al viaje cósmico del vacío sintiendo la presencia del espacio en silencio. Hay una calma que reina en el universo y que al parecer manda esa señal que el tiempo tanto necesita sentir para tener esa plena confianza, que indica que todo gira en el sentido correcto de la elíptica; que el camino está iluminado y que la existencia está sonriendo. Si esto es verdad, ¿es recíproco en el espejo? 

Día 6

Una vez más, aquella entidad empieza sus presentes con más calma, sin ninguna agitación cardiaca, pues es tiempo de reposar el paso de los segundos, minutos y horas. Así, ella se dispuso a estirar sus manecillas suavemente, liberando el fuego pasional atrapado en los tejidos arácnidos de su fisiología. Enseguida y viajando por los astros de la consciencia, ella  trata de comunicarse, esta vez de una manera un poco seca, desinteresada y frustrada, con el espacio en silencio. Es importante resaltar, no obstante, que este contacto no buscaba más que cumplir con las responsabilidades de la vida y que, aprovechando esa responsabilidad de la acción, aquella entidad necesita del espacio para llevar a cabo, por primera vez, un primer paso hacia otro tipo de conexión.

Aunque la inocencia de aquella entidad sobre el silencio es todavía una gran incógnita e incertidumbre, los pasos del presente en este día se disfrutaron con abrazos a la naturaleza, sonrisas infantiles; caminatas por los senderos de tierra; vértigos en las alturas; conversaciones superficiales y profundas. Una calma reina en este día, el viento acaricia la cara de los transeúntes, el sol abraza a los solitarios y une a los enamorados. Aun así, la pregunta sobre la existencia del espacio en silencio sigue rondando en ella, ¿en qué andará el espacio en silencio? ¿Cuál es la señal que dice que todo va bien? ¿El tiempo y el espacio siguen sincronizados? ¿En diez días se da el gran encuentro, qué más tiene que pasar entre aquella entidad y el espacio para darse cuenta de que son un solo ser? ¿Sigue siendo igual de recíproco el amor entre ellos como lo es entre el sol y el mar?

El crepúsculo de la incertidumbre se fue acercando y el tiempo se dispuso a ir al encuentro con los planetas y las estrellas en fiesta. Sonrisas, abrazos, besos, bailes, juegos, chistes, discusiones, miradas, acaricias, amor. Una noche mágica para aquella entidad, ya que en presentes pasados él estaba soñando con estos encuentros, buscando conexiones que lo ayudaron a olvidar y a encontrar el fuego que se ha estado despertando en él a través de los ojos de los visitantes en su tiempo. Ella entonces encontró unos ojos misteriosos, un corazón curioso y unos movimientos sensuales. Aquí, se conoció algunas facetas de comportamiento poco habituales como la timidez. El no saber qué hablar en ciertos momentos, ni que hacer respecto a los contextos, llevó a aquella entidad a desistir en llevar a otros niveles esta bonita experiencia.

A las altas horas de la luna, aquella entidad decide volver a su cueva ermitaña. El resentir de este calor y el desespero por tratar de escuchar melodías más amigables con la danza y la energía de las siluetas en conexión, llevaron a que ella dijera, — “basta, este no es un mundo compatible. Lo que siento en este momento, no pertenece a esto que estoy viendo. La conexión que estoy viendo con esa estrella, no es el del todo recíproco, mas causa curiosidad porque vibra en mí. Al final, no sé nada de la nada sobre nada: ni del espacio en silencio, ni del camino que estoy tomando. Todo es una incertidumbre y la acción ejecutada es solo porque hay algún tipo de obligación, porque hace bien al cosmos de mi ser. Quiero ver señales, mas no veo ninguna. Todo está en silencio”—.

Los ojos de aquella entidad se cerraron con la sensación profunda de que todo está encajando, tal cual se ha venido pronunciando en las ondas invisibles. La incomodidad del contexto hace que ella no pueda sentirse realmente estable emocionalmente, pues la sensibilidad es aguda, es punzante, ardiente e inmensa. Por ende, todo se cierra en ese vacío oscuro con la gran pregunta ¿qué le puede decir al tiempo que lo que está sintiendo es mutuo? ¿Qué es lo que el espacio en silencio está sintiendo y que envía tantas señales misteriosas que no se quieren revelar todavía? Paciencia, dijo el sabio árbol de pie en su solitaria existencia en medio de un parque a oscuras.

Día 7

En un nuevo presente, aquella entidad vuelve a la vida después de haber tenido una cita con la luna. El silencio reina en la casa de su majestad. El sol se asoma tímidamente por los horizontes. Todo está tranquilo, en paz. Aunque… siempre hay una imagen interna que sabotea esta belleza cósmica. Es ahí a donde ella tiene una nueva odisea, puesto que, en sus crónicas, es esta imagen interior la que bloquea su mágica comunicación con todo aquello que la rodea. El reconocimiento de esta dualidad humana durante estos presentes, no obstante, hace que este mundo interior viva en la ignorancia de sus representaciones ilusorias.

En los primeros transcursos del día, aquella entidad dedica su preciado momento para ordenar su jungla artística. Una actividad que expresa toda la cultura de la humanidad, donde se unen las melodías con los cantos; el pasar de cepillos por los pisos con la picada de frutos sacados de la madre naturaleza; discusiones del pasado festivo decorando lo que se hace en la calma del presente. En un punto aparte se revela la primera acción de un sueño que ha estado volando dentro del tiempo. Fue justo después de haber degustado los sabores de las plantas, donde la memoria del tiempo, en su afán de encontrar un significado verdadero a sus imágenes, envía una idea que se ha venido cultivando desde antaño. Sus pasos fueron yendo hacia la búsqueda de un cuaderno cuya profundidad existe en un escrito que narra la historia de aquella entidad. Por ende, esta última dio nacimiento a su máxima expresión, el arte.

Llegando hacia el crepúsculo, aquella entidad emprende un viaje a la visita de una estrella amiga. Sonrisas de entrada por ese encuentro simpático entre estos dos seres de luz. Cada uno presentando en palabras, con tonos lingüísticos entre lenguas familiares a ellos, los presentes de cada uno; las enseñanzas de los pasados; y los sueños de los futuros. Todo fue girando en torno de bebidas calientes con sabores africanos y caramelizados, y la magia del compartir la felicidad de la vida.

El día concluye con estas letras que aquella entidad quiere dedicar. Primero se deja claro que las responsabilidades del mañana están en absoluta tranquilidad, ya que la confianza por el buen-hacer hace que el movimiento del tiempo esté completamente sincronizado con el del cosmos. En paralelo, las pantallas negras mostraban los rostros de las entidades hermanas en comunicación sobre el contexto de cada una con sus respectivas derivaciones existenciales. Temas siempre complejos para digerir debido a la distancia física; consejos siempre útiles para los presentes inmediatos. En fin, la cortina de la oscuridad abraza la tierra para darle paso al final de las primeras siete pruebas de vida. Errores se cometieron, contradicciones se vivieron, amores encontrados, equilibrio en nacimiento, incertidumbres sobre el silencio del espacio, y aun así, preparándose para el gran encuentro. La pasión ha comenzado a florecer con los primeros rayos de primavera.

Día 8

En la existencia de aquella entidad, por fin, después de unos presentes de eterna ansiedad, ella recibe noticias del espacio que estaba en silencio. Ciertas cosas que se expusieron se habían visualizado en sus diálogos con el silencio de la lengua. La duda sobre el sí o el no fue presente en el mensaje recibido: el no, cuya puerta sigue abierta y el sí, mirando retrospectivamente, deja muchas cosas claras frente al movimiento de aquella entidad.

La libertad está floreciendo poco a poco en aquella entidad, así como la del espacio; cada vez se encuentra más el equilibrio que tanto se estaba cazando en el espejo de la existencia, así como él lo hace en paralelo; se están abriendo nuevos horizontes, tal como él lo está experimentando. Este último pregunta sobre la ubicación de aquella entidad. Nada más lejano a la verdad que la misma solitud en este momento. Aprovechando los silencios de los ojos, filtrando los mensajes exteriores, observando detenidamente cada movimiento, ejercitando el corazón en la acción de la pasión, disfrutando de la compañía del cosmos. Todo esto lo hace también el espacio. La sincronización es la ubicación del tiempo en el espacio y solo faltaba de este llamado para darse cuenta él mismo que están en la fluidez de un río que sigue su cauce entre montañas y valles hasta desembocar en su libertad.

Se espera, sin embargo, una respuesta frente al gran encuentro. Aquella entidad quiere negociar un encuentro casual y pasional con la flexibilidad de dejarlo para otro momento donde los cuerpos astrales estén alineados en su luz. Por lo tanto, la discusión se tiene que dar sobre lo que es y no las diferentes realidades de los universos oníricos. La verdad es la que genera una metamorfosis. La verdad liberará a aquella entidad y al espacio para volverse a encontrar. 

Día 9

En el saludo al sol, aquella entidad inicia sus rutinas cardiacas y respiratorias, estirándose hacia todos los puntos cardinales, liberando las dudas que el espacio estaba teniendo frente al gran encuentro entre ambos. En el contacto con esos rayos dorados, ella se despierta ante el resentir del suspiro lejano del tiempo justo en sintonía con su propio movimiento.

La aventura de este presente se dio en el viaje hacia las a tierras hondas de la superficie terrestre en compañía de una estrella. Durante el recorrido se tuvieron testimonios de existencias, sueños, experiencias; del pasado, presente y futuro. La vulnerabilidad de la inocencia reveló entre aquella entidad y la estrella un destello de responsabilidad misionera para revolucionar a los corazones perdidos en la destrucción inhumana de sus hogares.

Al entrar en el crepúsculo, aquella entidad se transformó en huracán cuando se fue a darle la vuelta al Atlántico oníricamente, saludando a sus allegados biológicos. Los sonidos de los corazones se fueron chocando, bombeando las emociones y soltando lágrimas. Los malentendidos de las lenguas y los oídos cerrados llevaron a los presentes al encuentro de las palabras odiosas, soberbias; puntillazos sentidos en el cosmos, tal como la historia cuenta cuando algún ser fue crucificado en una cruz para salvar a una humanidad que no necesita ser salvada por ningún ídolo — imaginario —.

Justo en el momento en que el sol empieza a abrazarse con la tierra, aquella entidad y el espacio, rompieron por fin el silencio. Aclaraciones de comportamientos inmaduros y agitados por parte del uno fueron reconocidas sin excusas por el otro. La verdad de estos se observó en la sincronización de sus vidas, siendo esto último la señal de la reciprocidad que tantos se estaba queriendo encontrar. El encuentro fue aplazado, quizás detrás de las palabras ya existe una decisión a la cual el libre albedrío es celoso. La incertidumbre del futuro se revela a la entidad, puesto que el vacío lo está conociendo y es prudente encontrar la presencia cuántica de la existencia cuando la libertad es la única verdad.

Día 10

Aquella entidad empezó moverse dentro del mundo de sus responsabilidades desde tempranas horas del día. Como de costumbre, ella se detiene por completo, estando despierta para ordenar su propia cronología, alineándose con todo los fenómenos que transcurren en el exterior; enseguida, ella se dispone a expandir y estirar su existencia para equilibrar la quietud del silencio y así, incrementar su energía misteriosa, logrando dejar fluir el río de la subsistencia en la elíptica de la verdad que la rodea.

Los presentes transcurrieron con diálogos curiosos sobre culturas lejanas y cercanas al mismo tiempo. Inmediatamente, aquella entidad entró en conexión con los Olimpos cuyos tiempos recién están empezando su viaje, a los cuales se les reveló la importancia del respeto a la naturaleza. Estiramientos, juegos de palabras, traducciones; silencios, risas; el sentir del espacio en la distancia física. La intensidad de los momentos se vive con la sonrisa de una máscara que dice, todo va bien.

El crepúsculo llega a la puerta nuevamente para juntar a los tiempos necesitados de compañía y de discusiones intelectuales que fatigan la existencia de aquella entidad. Es aquí donde ella se da cuenta de lo fútil e innecesario que es entrar en este tipo de reflexiones cuando las contradicciones de los presentes, en este recinto, son enceguecedores a la ventana de la verdad. La desaparición aquí de aquella entidad fue inminente para poder darle muerte a algo que no enseña más que repetir lo que dice las autoridades de los Olimpos.

En cuanto al espacio, se siente que algo ha entrado en un cambio profundo. Se logró entretanto aplazar el gran encuentro cuya fecha será un día de prudencia entre el hoy y mañana. Al parecer, y teniendo en cuenta lo que se dijo en crónicas pasadas, los preparativos entraron en aguas aún más profundas, donde la soledad de cada uno de ellos será vivida como una etapa donde ningún otro espacio, ni ninguna otra entidad, podrán estar presentes en la vida de ellos. El cosmos, en su sublime observación mística, trazará los caminos de ambos hacia el mismo horizonte. Un horizonte donde la libertad, la pasión y el amor juegan al unísono, harmonizando los oídos de los amantes de la soledad y de la aventura de lo desconocido.

Día 11

En el alba de este nuevo día, aquella entidad se empezaba a dar cuenta de sus propias contradicciones, algo que el heroísmo, en su orgullo ilusorio, a veces no se atreve a hacer. El miedo a dejar el placer y el deseo en el olvido es casi que una imposibilidad, sobre todo frente al consumo de la planta preferida. Definitivamente, aquella entidad nota que todas las respuestas que le han llegado desde su interior, su exterior y su relación con el espacio, la han llevado a sumergirse aún más en la sobriedad de la existencia. De hecho, en este nuevo inicio del presente, ella entra de nuevo a uno de sus pilares de su vida, sus prolongaciones anatómicas. Esta vez ella dedica su preciado momento por retomar lo que la trajo acá en primer lugar como símbolo de reconexión y de reparación existencial.

Los presentes transcurrieron con calma y al mismo tiempo excitante. Por fin, aquella entidad está entrando a realizar tareas que salen de todo cuadro tradicional y propone a sus estrellas de mirar hacia lo desconocido como una acción concreta. Algo que la tradición nunca ha podido hacer. Después, ella entró en un estado vulnerable con la presencia de un grupo de entidades en pleno desarrollo y crecimiento, donde las preguntas sobre los diferentes pasados de la vida de ella revelaban sueños y caminos que se están viviendo en este preciso momento. Para finalizar esta emotiva jornada, aquella entidad se aventura por degustar por última vez el sabor de los animales muertos. Siempre una tragedia para ella, pero el respeto y la vergüenza de decir no a tal masacre, la llevó a sentirse con ganas de devolver todo lo consumido. Una gota de tristeza dentro de un vaso lleno de alegría.

Acercándose el crepúsculo y al nacimiento de la luna, aquella entidad se dispone a tomar la decisión que cambiará el curso de toda esta historia. Darle muerte al deseo de estar poseído por los poderes de la planta sagrada. No es algo menor en esta existencia, lo cual es el factor cambiante de todo camino sin rumbo. Es el efecto mariposa en su vida para acercarse aún más a esa existencia completamente sobria, algo que va a generar un aumento en su flujo de energía entre el pasar de los presentes.

El espacio por su lado, todavía en su silencio profundo, disfruta de su mágica existencia. Descubriendo paso a paso la belleza de su mundo y de todo lo que lo rodea. Él disfruta cada presente como un suspiro entre palabra y palabra, y es justo en ese silencio donde todo florece. Así, el buen camino se ha trazado en él.

Día 12

Uno de los presentes más tranquilos en la vida de aquella entidad, aunque internamente los diálogos de las imágenes del Olimpo la llevaban, en ciertos momentos, a dispersarse de su atención. Así, ella misma se da cuenta de que su existencia no es compatible con la quietud del movimiento; recordándose que la naturaleza de su especie, la cual ha sido trasladarse de un punto a otro, ha sido su principal actividad durante miles de años. Sin embargo, todo transcurrió con esta actual normalidad, aburridora ella, donde las aventuras se vivían a través de los sueños, los deseos y los placeres.

Aprovechando entonces tal quietud, el tiempo entró en una profunda investigación sobre las posibilidades de existir sin la necesidad de entrar en los sistemas de consumo que atentan contra su naturaleza y la de su hogar. Un tema que el espacio despertó en aquella entidad, ya que al parecer los dos están investigando hacia el mismo horizonte de la sobriedad consciente. Una cosmología donde la alteración de su esencia es la belleza misma del universo, donde las imágenes de los Olimpos se sientan en silencio en la sala de un cine que solo observa los movimientos de esta relación que se tiene con la verdad.

Al final de este presente, aquella entidad visita las estrellas acogedoras del amor. Una reunión festiva con encuentros mágicos y discusiones reparadoras. Las respuestas seguían cayendo desde las lenguas y corazones de estas estrellas, haciéndole ver a ella que su existencia está recorriendo la carretera correcta hacia el gran encuentro con el espacio. En cuanto a este último, su silencio profundo se siente en el cerrar del presente de estos tiempos. Al parecer algo se ha venido despertando últimamente y es posible que la comunicación que alguna vez se tuvo, vuelva a renacer dentro de fuegos que se entienden a niveles cósmicos.

Día 13

En un nuevo inicio de los presentes, sobre todo de descanso para aquella entidad, esta aprovecha para disminuir sus movimientos elásticos y aventureros. Los ejercicios cardiacos que se hace durante la actualidad activa se cambian por elongaciones pausadas y largas, expulsando esa energía acumulada y encarcelada por la montaña rusa de emociones que se vive en los momentos pasados de su existencia. Una condición humana que, quizás, es una eternidad hasta que la muerte nos abrace con su encanto de darle fin al presente. 

Una curiosidad apareció en este vigente reposo. El espacio, cuya presencia se vive en el silencio, aparece para narrar una de sus crónicas. Su contexto le ha revelado lo que él venía sintiendo desde hace unos pasados atrás, observando los comportamientos contradictorios de sus semejantes, lo que genera en él un sentimiento de brecha entre su coherencia y la incoherencia de los otros. Por ende, en un intercambio filosófico entre los dos personajes, se logra entender que la simple acción de observar es suficiente para que él no se deje afectar por las superficialidades de todo aquel que lo rodea.

Por otro lado, aquella entidad siguió su presente tranquilamente. La comunicación con el espacio le hizo sentir que la cordialidad de las conversaciones es posible y que hablar de los amores es mejor a través de los ojos y del corazón. La sencillez de los intercambios bajo la estrella del amor siempre es un gusto. El resto del presente soleado se disfrutó bajo la magia de los sonidos místicos de la música y la responsabilidad de la investigación.

Día 14

En el cierre de un ciclo de descanso, aquella entidad se dedica completamente a sus responsabilidades investigativas ejercidas con la lupa del Olimpo, con la cual se pretende mezclar el amor por este arte simbólico y la enseñanza de las complejidades actuales del mundo. El paso del movimiento solar se observa a través de las ventanas de la calma y de las ganas de terminar con el primer paso de dicha investigación. No obstante, este presente se vive más dentro de una seriedad que corresponde a tal responsabilidad para poder poner de manera justa y concisa una serie de letras y enunciados que muestran un trabajo apasionante.

El espacio volvió aparecer en un simple momento del presente de aquella entidad. Esta vez cambiando los tonos de las palabras contadas en un pasado que acababa de posarse en la rama de la eternidad, admirando su capacidad para poder decir que sus actos corresponden a lo que aquella entidad intenta mostrar como un dedo, señalando una puerta que desea ser abierta y descubierta. Ella abre de pronto una serie de debates en torno a los comportamientos de la tradicional filosofía del consumo, ¿cuál consumo? ¿El consumo del amor, del placer y de nuestras infinitas adicciones? Nunca hubo respuestas a estas preguntas, siempre la intensidad de la discusión animaba al espacio a profundizar su deseo de tener aún más espacio. Por lo tanto, entrar otra vez en el silencio fue la mejor respuesta para dejar pasar el correr de los momentos entre el día y la noche antes de volver a verse en el espejo de los ojos.

Así, el descanso termina con una pizca de ansiedad en la injusticia del desamor y de las promesas vacías de las palabras. Aquella entidad, dentro de su solitaria conversación, tratando de invitar al tiempo a entender que su movimiento no se puede acelerar físicamente. Además, internamente, la muerte sería la mejor acción para poder disfrutar más de esta nueva calma que está naciendo gracias a la llegada de la plena sobriedad de su existencia. Es muy fácil, sin embargo, hablar de una acción extranjera, pues aquella entidad tiene que entender que lo que la planta le daba: la respiración lenta y pausada, se lo puede dar también la libertad de ella de manera sana y natural.

Aquella entidad cierra los ojos, siente su pulso que envía mensajes al cosmos, la energía circula, el espacio en silencio se siente, el camino es largo; la existencia apenas comienza, los sueños se materializan lentamente, todo va marchando tal como se había visualizado eternidades atrás. El amor sigue floreciendo. 

Día 15

En el retorno de las costumbres cotidianas, aquella entidad entra en su existencia con una energía revitalizada. El adiós a una de las últimas contradicciones que ella poseía hizo que su presencia tomara más fuerza y nitidez. Se aumentaron los ejercicios de flujos cardiacos para liberar lo indeseable e intoxicado que la fisiología de su templo había acumulado desde los inicios de estas crónicas. Aunque en realidad esta acumulación tóxica viene desde muchas vueltas elípticas atrás.

Pequeños grandes acontecimientos se obtuvieron gracias a esta renovación existencial de aquella entidad, donde sus responsabilidades como ejecutora de imágenes en acción se observaron con la sonrisa de la pasión, sin la prisión del compromiso, sin el esfuerzo de alguna intención, sin motivo alguno; simplemente en el amor de cumplir con la coherencia entre el pensamiento y la acción: vivir. Así, los presentes transcurrieron en éxtasis, tal como estas palabras intentan demostrarlo de manera sutil y tranquila, mas sus definiciones literarias no alcanzan a raspar la exaltación de la energía del tiempo.

El espacio estuvo presente en silencio, como ya es tradición, abrazando al corazón y alumbrando los ojos de aquella entidad enamorada. Lo que iba a ser un pronto encuentro, se transforma en una preparación profunda, enseñada por la sabiduría de la ausencia y la observación del árbol de todo el movimiento del cosmos. Por ende, la acción del ahora entre nuestros personajes es precisamente una oda a los preparativos para un encuentro donde el silencio presenciará y revelará algo aún más profundo, el cual estas crónicas no podrían relatar.

En el ocaso del sol en el horizonte, aquella entidad estira su existencia. Una continua liberación de toxinas y de pensamientos contradictorios e ilusiones que le sirven para aumentar aún más su fluidez en el caminar del mundo terrenal. La noche llega y con ella las discusiones históricas, políticas, éticas, vacías. Ella, después, entra en su cueva, conectándose consigo misma, muriendo a todo lo vivido.

Día 16

La energía de aquella entidad sigue aumentando y su movimiento se torna más pausado, inequívoco, tranquilo, punzante, fino; con un humor elegante y sensual. La perspectiva del mundo se vuelve a abrir como la rosa que nace con los primeros rayos del sol de primavera. Ella empieza así su nueva aventura en estos presentes tan complejos que vive el mundo exterior: dictaduras del pensamiento y de un virus que colonizó los miedos de nuestros Olimpos; conflictos entre nuestros deseos de ser superiores e imponer un templo sobre otro; la naturaleza mostrando su disgusto por nuestra constante interferencia con su esencia.

Las responsabilidades empiezan a crecer como árboles tropicales, húmedos, buscando la luz para seguir madurando y atrayendo a los pájaros en libertad a que construyan sus nidos en sus copas. Sin embargo, las autoridades inconscientes siguen, de vez en cuando, talando algunas ramas o acciones que aquella entidad intenta proponer al viento para que este se vuelva un sueño desenvuelto en la realidad de la existencia. A pesar de esto, ella sigue de pie cumpliendo con su tarea de estar siempre en un movimiento elíptico siguiendo los ciclos cuánticos de la cosmología.

El espacio, por su lado, rompió el silencio. Qué alegría escuchar la melodía de su energía y de su existencia en la distancia. En su canto, él responde a lo que el tiempo vive en su responsabilidad y adicionalmente, revela lo que aquella entidad y el espacio alguna vez se dijeron: “en algún momento de los presentes, empezaremos a confirmar que nuestra compatibilidad y nuestra presencia nos hace falta; que la energía que nos envuelve nos llama y nos mantiene presentes en silencio y en palabras justas. No obstante, el camino es todavía largo…” Así, aquella entidad, en su dicha de poder abrir sus espectros del escuchar, se llena de valor para seguir disfrutando de este nuevo éxtasis que es la sobriedad de la naturaleza y sus explosiones químicas y eléctricas sin ninguna alteración externa.

El presente de aquella entidad empieza a cerrar su cortina teatral y con ella, la muerte del sol toma su turno para darle paso a la vida de su amada luna. Sueños cobrando vida en el silencio del cosmos, esto es lo que ella y el espacio están construyendo sin que estos se estén dando cuenta, mientras que sus corazones, confabulados entre ellos, tejen el hilo rojo de la unión entre el sol y el mar, mas el camino es todavía largo, sin pavimento entre montañas y selvas.

Es el reino de la paciencia y el amor. 

Día 17

La energía se sigue elevando como un ascensor sin pisos; un grito en la recta hacia el infinito, aquella entidad disfruta de su preciado presente. Aunque dentro del mundo de las responsabilidades, ella se encuentra dentro de las fronteras del miedo y del condicionamiento por lo diferente y lo no convencional, mientras que en el mundo de las ideas, las cuales va en contra vía de lo que propone esta empresa, la acción sigue viva dentro de la entidad. Es una ardua labor lidiar con la relación entre la acción y la idea cuando estas dos viven en una infinita contradicción, de todas maneras, ¿qué más humano que esto?                                                     

En el continuo pasar de los presentes, aquella entidad había decidido, en un pasado anterior, de tener algún contacto con el espacio en unos futuros lejanos, pero las ansias de compartir su existencia fueron más grandes y excitantes que hizo que ella rompiera el silencio. Historias cortas sobre el mundo y su respuesta a la triste realidad natural e industrial; sobre la coexistencia con los tiempos semejantes; la voz se hizo presente en harmonía, con el gozo de la vida y el compartir del presente, con los anhelos internos de hacerlo en presencia del espacio, pero su subsistencia fue imaginaria en el Olimpo.

En algunos momentos, la ansiedad empezaba a asomarse en la ventana de aquella entidad. En algunos de sus sueños del pasado, este era el día de la antesala al gran encuentro con el espacio. El camino es largo, ella exclamaba en silencio, y los preparativos son lentos. Las acciones de cada uno son hechas con mucho cuidado, las palabras son medidas a su justa causa y el reino de sus majestades, el silencio y la paciencia, está en su máximo furor.

Lecturas de historias de antaño, narraciones científicas sobre los lenguajes de la naturaleza; la oscuridad llega con una voz tranquila que revela las preguntas difíciles de responder. El camino es largo y apenas hemos empezado a recorrerlo. El encuentro es inminente, por eso el reino del silencio y de la paciencia es necesario.

Del día 18 al 21

En una larga pausa de estas crónicas, aquella entidad vivió su existencia entre el arte, el compartir de los cosmos, la responsabilidad de la energía y la ansiedad del lenguaje y sus tiempos ficticios. El goce de la vida se sigue teniendo, no obstante, dentro de ciertos límites. En el primer día de esta pausa, ella vio como los planetas presentes bajo la luz de la luna contaminaban sus atmosferas de manera recurrente, un poco exhausta a la vista del tiempo. En este momento, ella se dio cuenta de que la planta sagrada - esa que despierta los Olimpos y sus sentidos - estaba consumiendo la eternidad de los planetas y no al revés, cuando se suele tener respeto frente a su poder natural.

Al alba, el hogar se encontraba en completo desorden. La inconsciencia de los asistentes hizo que sus ojos y corazones se preocuparan más por su egoísmo que por la solidaridad de ordenar el caos perpetuado por ellos mismos. Aquella entidad, por consiguiente, después de dar sus preciados momentos de descanso y de organización para la jornada, entra en una disconformidad con lo sucedido. La falta de respeto frente al hogar y así mismo con los que viven dentro de él, la pone a reflexionar seriamente sobre el valor de la sobriedad y de la simplicidad de la vida.

No todo termina así en este segundo día de pausa de estas crónicas. En el mundo de la responsabilidad, ella toma el micrófono del inconformismo frente a sus funciones como despertador de mentes dormidas y corazones en sufrimiento. Ella expone pasionalmente el significado de las sensaciones y de cómo se podría dar aún más en este sentido a los diferentes tiempos, planetas, estrellas que se cruzan en la existencia del tiempo. Sin embargo, se hizo entender desde la jerarquía tradicional que ir más allá de la superficie no es posible, algo que deja un poco desubicado al tiempo frente a un futuro próximo.

En la noche de este segundo día de pausa, aquella entidad descubre la pasión de la amistad del sabio compañero que lo inició en este mundo de las sensaciones. En esta epifanía efímera se compartieron ideas, sobre todo una, donde se revelaron los deseos de querer aportar algo sano al mundo enfermo. Durante los momentos del diálogo se propuso que el sueño a materializar habría que hacerlo desde la cultura del origen del tiempo, algo que generó un océano de dudas y de ideas oníricas al mismo tiempo.

Acá nace la gran duda de la existencia de aquella entidad, ¿qué quiere hacer ella con su infinidad? ¿A dónde ir? Por el momento, la respuesta es un no sé rotundo; por el momento, su sueño es que estas letras puedan dar de comer y de dormir; por el momento, la vida va en camino hacia el encuentro con el espacio en silencio; por el momento, la acción que el tiempo quiere está simplemente en el compartir de su energía de manera simple, sin recibir nada a cambio salvo una sonrisa.

La pausa de estas crónicas termina justamente con el silencio entre aquella entidad y el espacio, observando los movimientos del cosmos, sintiendo las ansias de estar juntos; resolviendo viejos cuestionamientos y renaciendo en nuevos sueños. El presente de ambos está siendo unidos por los extremos de sus existencias, ¿qué más se puede hacer aparte de todo lo que está ya sucediendo? La excitación de esta pregunta carga a aquella entidad con explosiones de cortisoles que lo han llevado al consumo ciego de la planta sagrada. El no saber nada cuando se tiene todo es un acto de valentía y de meditación profunda para captar la belleza del mundo.

¿A dónde ir? Se pregunta aquella entidad. A donde el amor incondicional esté siendo llamado. ¿Es el espacio en silencio? ¿Es el sabio amigo despierto? ¿Es la soledad cariñosa? El camino es largo.

Día 22

En el inicio de un nuevo ciclo, aquella entidad decide encontrarse en un pasaje de reconocimiento de los fuegos pasionales despertados por el gran amigo sabio y el espacio en silencio. El observar de los movimientos de los presentes provoca ciertos cuestionamientos frente a lo que realmente se desea en el flujo de las horas, minutos y segundos. Dilemas descubiertos con la amalgama de pensamientos conectados o desconectados a los profundos deseos de un Olimpo que busca una y otra vez cuál sería ese fuego que se convertiría en fogata. 

Los destellos luminosos transcurren con suma tranquilidad, despejando antiguos interrogatorios oníricos y condicionamientos que los pasados han impreso en el Olimpo del tiempo. El espacio, mientras tanto en silencio, revela su gran conocimiento para ayudar en justicia a aquella entidad a encontrar las respuestas en las profundidades de la incertidumbre. Los caminos a emprender dejan al descubierto una serie de diálogos entre el espacio y aquella entidad, lo cual hace que estos dos se den cuenta de lo hermoso que es seguir conectados a sus amores y a sus preguntas profundas para desnudar las viejas ataduras.

En el comienzo de la espiral, aquella entidad y el espacio se vuelven a encontrar. Un paso importante dentro de la fluidez del amor pasional y de la conexión mística entre ellos dos. El camino se va revelando lentamente. Los veredictos existenciales se van clarificando en el pasar del presente. Pareciera que los Cosmos de estos dos mundos se estuvieran fusionando aún más con la sincronización de sus eternidades. Por ende, es la fluidez del río en silencio que va llegando al encuentro con el mar para finalmente alcanzar el vasto horizonte del fervor y sabiduría; de la energía y la serenidad.

Del día 23 al 25

En el despertar de la pasión, aquella entidad observa su real gusto por lo atemporal a través de la conexión con los ojos de los planetas y estrellas que frecuenta. En estos encuentros, ella declara al universo su amor por mostrar una existencia donde la sobriedad, la calma y el bienestar del todo, son una alternativa diferente a la tradición del consumo, la estupidez de los símbolos y la falta de acción enamorada.

Es esta la misión y la responsabilidad de aquella entidad, la cual ya se había descubierto en pasados anteriores, y que el espacio en silencio lo había notado, motivado y conectado a ella. Los juicios de los presentes pasados se ven así mucho más claros, con una armonía sabia donde el tiempo y el espacio ven que lo que están haciendo en este momento tiene más sentido que los sueños de los futuros todavía un tanto lejanos.

La paciencia nace en la pasión de la acción responsable de lo que vuelve atemporal a aquella entidad y al espacio. Es precisamente esto lo que se descubre en el camino trazado por ambos mundos. ¿Por qué entonces buscar más cuando se tiene todo ya en este presente? ¿Por qué esperar a que aquella entidad y el espacio realmente se den cuenta de que su vida es una y que vivirla en unión puede ser mucho más fructífera que en la dualidad? ¿No son ellos dos el fin de todo conflicto onírico?

En el fluir del tiempo, las crónicas de aquella entidad y del espacio van dando un giro hacia el espejo que se había revelado en ellos. Por ende, será los presentes los que harán que sus ojos se vuelvan a unir, sus corazones se vuelvan a sentir. El amor vuelve a nacer.

Del día 26 a 29

Los días se siguen acumulando, las crónicas de aquella entidad se tornan un tanto más fluidas, con ciertos retoques de dudas que nacen a partir de los fenómenos del deseo y de la pasión. Ella cumple con ciertas facetas de su coherencia en los Olimpos de la filosofía de la sabiduría, entre lo que es verdad y lo que es falso. Algo que el espacio a veces no entiende, pues su contexto no le permite ver lo que realmente está ocurriendo en los presentes de su silencio. Sin importar mucho esto, aquella entidad trata de llevar su existencia con esa calma que tanto la caracteriza, dejando que sus horas, minutos y segundos se deslicen tranquilamente en el movimiento físico del cosmos.

En este pasar de los presentes, aquella entidad se da cuenta de que no existe otro tiempo más fuera de ella que tuviera la misma vibración y el mismo pasar de su simple existencia; no existe tampoco ese ser con quien poder pasar momentos infinitos; no existe tampoco ese otro ser con quien sentarse y mirarse como agujeros negros es suficiente; o con quien bailar desnudos en la intimidad es más grande que ahogarse en la intoxicación de la banalidad superficial. Todo esto no existe todavía en el viaje de lo eterno.

Las dudas nacen y en el caminar se escuchan los mensajes del cosmos, “deja de preguntar tanto”, así el silencio vuelve a su centro, conectándose con lo único que responde a los llamados ansiosos del tiempo, el corazón. Sus latidos, fuertes y pausados, llevan los impulsos de la pasión del fuego a la existencia y a todo lo que sucede dentro y fuera de ella. Sin embargo, acá sigue aquella entidad en sus crónicas por llegar a la puerta del espacio para tocar tres veces y que ella abra su corazón para abrazarlo con todo el amor. Un gran deseo que se vive en la odisea del tiempo y que hace sentir que la vida de aquella entidad está junto al espacio, aunque este crea que él no vive en su máxima armonía y coherencia. Es por esto último que estos dos bogan por reencontrarse para poder percibir en carne propia las transformaciones de los seres.

Del día 30 a 32

Los días siguen amontonándose en las crónicas de aquella entidad. Las pasiones compartidas con el espacio hacen que su conexión cósmica siga existiendo a pesar de la distancia física creada entre los dos. Aun así, la asimetría de los mundos no juega en ningún favor. El espacio en su completa libertad empieza a tener momentos donde aquella entidad desaparece de su Olimpo, mientras que esta última, en su movimiento restringido, vive apegado a una idea, a un deseo, a un fuego que se enciende cada vez más, pero que quema más de lo que debería.

La alegría de la vida continúa siendo algo importante en el compartir entre el espacio y aquella entidad, un amor que rara vez se encuentra y que pocas veces se vive completamente. Y es precisamente esto lo que ella desea con todo su corazón. La vida en sí misma le ha enseñado a este personaje a valorar el sentimiento pasional del fuego. Aunque para demostrarlo completamente, ella tiene que tener una asertividad en su presencia y en su acción para que el espacio, en su mirada científica, se dé cuenta de que el juego va más que en serio y que la idea es una cosa tangible. 

En el intercambio de palabras entre aquella entidad y el espacio, las ideas mutuas se siguen revelando al compás de las pasiones y de los sueños de ambos universos. Ahora, el espacio, en su retiro a la naturaleza, se hará la pregunta imposible para sentir que algo se puede vivir o poner a prueba con aquella entidad, pero para ello, ella debe entrar en la misma simetría. Un movimiento que la lleve a florecer completamente en el mundo, conectándose con la esencia de todo lo demás, ya que es esto lo que va a servir para que el presente transcurra en su confabulación y finalmente, pueda unir a aquella entidad y el espacio en su amor salvaje.

No queda otro camino que caminar por el mundo, al descubrimiento de lo nuevo, de caras nuevas, estrellas nuevas, lenguas nuevas, pensamientos nuevos, vidas nuevas. Lo nuevo olvida lo viejo y aquella entidad está en el momento preciso para poder desvelar lo desconocido. — Abrid bien los ojos y corazón para que los presentes se encajen completamente y la vida florezca infinitamente con los primeros rayos de primavera —, el Olimpo murmura en las profundidades del silencio. Será la pasión y las ansias de vivir que darán como regalo al espacio y a aquella entidad una oda en el camino de la existencia.

Del día 33 al 37

Unos eternos presentes de descanso en la acumulación de estas luces naturales terrestres en la existencia de aquella entidad. La desconexión del ruido de la jungla de cemento y la conexión con la naturaleza, y las estrellas lo recargan de energía cósmica para entablar su lugar en la playa y sol; de fiesta y silencio; de bailes y comidas; de amores y amistades; de una vida llena de sonrisas. 

La vuelta de la planta sagrada en el cuerpo de aquella entidad refleja lo complejo que es vivir en un movimiento limitado, restringido. Tratar de encontrar lo nuevo es cada vez más difícil, pues las estrellas escondidas sufren de pánico, por lo que sucede en el exterior de sus cuevas platónicas. Aun así, ella sigue su camino, lo diseña con mucho cuidado tal como la flor recién plantada, cuya vida depende de la fluidez del agua que llega de sus raíces hasta sus pétalos en nacimiento.

Las posibilidades se abren el Olimpo de aquella entidad, quedarse en el lugar donde está, irse a explorar nuevos horizontes, o volver al lugar donde su origen empezó. Lo que más llama a la puerta es la sensación de indagar en la oportunidad de irse a un sitio mágico, donde su pasión es valorada; donde los planetas, las estrellas y los soles que viven allí corresponden, al parecer, a todo lo que ella necesita para seguir construyendo su encantado universo del amor incondicional. Un paraje con el cual ella y el espacio podrían compartir plenamente y darse cuenta de que esta vida es mejor caminarla juntos.

Del día 38 al 41

El camino se empieza a tornar interesante en las crónicas de aquella entidad. Los presentes se tornan en una búsqueda eterna por los pasos a dar dentro de su burbuja mágica existencial. Una investigación lo suficientemente azarosa, puesto que las puertas que se empiezan a abrir revelan una existencia muy diferente, nueva y renovada a aquella con la que se ha estado soñando en los orbes oníricos. Sería un paso hacia algo completamente desconocido, en el cual las voces de aquellos que conocen la historia de aquella entidad despiertan inquietudes certeras sobre la pertinencia de seguir un camino que no demuestra una seguridad material. Sin embargo, la idea de seguir avanzando en este sueño despierta en ella un deseo profundo de vivirlo plenamente, yendo en contra vía de todo lo que ella ha aprendido en su pasado.

En las crónicas del espacio, una sabiduría profunda empieza a florecer. Sus palabras son justas y correctas, demostrando en silencio y de manera simple la alegría de vivir en armonía con un todo o una nada. Una nueva faceta en su vivir y que aquella entidad, en su ansiedad por el reencuentro, no capta muy bien los mensajes y los tergiversa con pensamientos desconectados del fuego que existe todavía entre estos dos protagonistas. Seguramente es algo que se debería sacar más provecho. Por consiguiente, la conexión que se tiene entre ellos tendría que ser traducida en los ojos de los desconocidos. Es por esto que aquella entidad, en su eterna búsqueda por la conexión, recuerda de ciertos encuentros mágicos del pasado para llamarlos y que vuelvan a hacer parte del presente. Una acción que puede aportar mucho más de lo que él se imagina, sobre todo dentro del diseño del paso a seguir en su existencia. Así, el espacio en su nueva vida tendrá aún más libertad para darse cuenta de lo que el silencio le devela en sus momentos íntimos. El tiempo es algo mucho más que una simple relación física o metafísica.

Los presentes de aquella entidad, durante esta nueva acumulación de eternidades y de experiencias, la llevan a sufrir más de la cuenta. El no sentir la claridad de lo que existe entre el espacio y ella misma; entre el apego o la libertad; entre amar y olvidarse; entre enamorarse y ser indiferente, la llevan a que sus ondas electromagnéticas estén disparadas hacia todos los puntos cardinales. El foco que se tiene en estos infinitos es de dejar que la paciencia y la naturaleza de vivir ocupen el lugar de las prioridades, porque es así como aquella entidad y el espacio, dentro de esta nueva mitad de ciclo, irán midiendo sus fuerzas. ¿Será esto el inicio del reencuentro o del final? Por el momento, la respuesta no se balancea ni para un lado, ni para el otro, salvo continuar teniendo la existencia bajo esta infinita investigación sobre la pasión del caminar esta tierra, deseando profundamente que sea en compañía de algún espacio.

Día 42

Un revelador presente aparece de repente en la vida de aquella entidad. Su pasión no puede ser liberada y a cada paso, cada palabra, cada movimiento, los otros tiempos que viven en esta responsabilidad no se salen de su cuaderno cuadriculado. Una gran aflicción para ella, puesto que el amor por dar lo que las estrellas y los planetas merecen se les ha sido privado. El sentido de la libertad y del arte está completamente sumergido en las profundidades del olvido y del miedo a lo desconocido. Duele en el corazón no poder florecer en su pasión.

La dualidad ha nacido nuevamente en la eternidad de aquella entidad. Una paradoja entre la responsabilidad condicionada y la libertad de crear siempre algo nuevo, fresco, energizante. Creer que crear es sinónimo de terapia, puede ser una gran equivocación para aquellos cuya existencia es una máquina de producir el mismo movimiento una y otra vez, sin preguntarse en sus cabildos el porqué de tal movimiento. Por consiguiente, aquella entidad busca algún equilibrio con esta paradoja, ya que queda unos cuantos presentes más por vivir antes de saltar al vacío en algo que pueda dar esa alegría inocente de hacer arte y compartir el amor incondicional.

En cuanto al espacio, vemos como él sigue en su éxtasis de existencia. Su conexión profunda lo ha llevado a desaparecerse en el mundo de las edades y a sentir el flujo de las energías invisibles que nos rodean constantemente. Por ende, esta nueva vida en él lo ha llevado a ciertas percepciones que el tiempo en algunos momentos ha tratado de mostrarle y que, por fin, él ha podido experimentar. Aun así, tal como se ha narrado anteriormente, el amor del tiempo y del espacio es probablemente el encuentro con la libertad absoluta de estos dos en cada uno de sus contextos. El reencuentro soñado se torna en un simple deseo.

Aquella entidad, en sus dudas sobre el camino a tomar, sumándole la desconexión terrenal del tiempo abuelo, la falta del florecimiento de la pasión y del arte, la llevan al limbo de las decisiones. ¿A dónde ir? ¿Con quién hablar? ¿Lo voy a volver a ver? ¿Dónde está el arte? ¿Dónde está la pasión? ¿Caminaré con ella? ¿Mi destino es la soledad? Ella solo sabe una cosa, seguir sus quehaceres en el amor del olvido y cumplir con las responsabilidades existenciales, mas en libertad.

Del día 43 al 51

Los infinitos se siguen acumulando, los presentes al frente del espejo negro provocan la desconexión con las crónicas entre aquella entidad y el espacio. Todo se va alejando cada vez más; las imágenes se van desvaneciendo. Un grito al aire, llamando al universo para que este pueda confabular en la historia de amor entre ellos dos. Aquella entidad siempre preguntándose, ¿qué es lo que está pasando? Mientras que el espacio responde, relájate y disfruta.

En esta eterna acumulación de los tiempos, aquella entidad empezó a frecuentar un sol que había conocido unos pasados atrás. La curiosidad por ver algo nuevo, fresco; con ojos nuevos, movimientos nuevos, lenguas nuevas, palabras nuevas, la condujeron a interesarse en conocer más las profundidades de este sol naciente. Los diálogos fueron un tanto intensos, algo que causalmente sucede con el espacio. Se puede observar desde la lupa cuántica del Olimpo que esto vivido con el espacio en algunos pasados se puede estar repitiendo nuevamente con este sol o con otros más. No obstante, aquella entidad, en su honestidad, sabe que los latidos de quien la hace vivir están conectados y anclados en ese amor misterioso por el espacio.

El silencio nuevamente reina entre aquella entidad y el espacio. Las puertas de los caminos empiezan a mostrarse entre la aventura y el confort; entre lo desconocido y lo conocido; entre la vida energizante y la normalización de esta misma. Por el momento, no hay nada que estuviera encajándose; la libertad sigue limitada en la existencia de aquella entidad; los sentimientos que le llegan son de desapego y de amor hacia el espacio; todo está girando hacia todos lados y el norte no parece tener la garantía suficiente para tomar el riesgo profundo de lanzarse a la aventura.

Es así como aquí llegamos, a la mitad del centenar de presentes, recorriendo los mundos de las ideas para materializarlas en las manos del alquimista. La magia sigue presente gracias a la fuerza de la existencia y de la pasión por ella misma. Por ende, aquella entidad y el espacio, un amor que solo ellos dos pueden entender, se vive de una manera que solo el silencio puede observar y abrazar. El camino continúa, todo puede pasar; un solo deseo, el reencuentro entre ellos, y una mirada hacia al vacío de las pupilas enamoradas.

Del día 52 al 62

Finalmente, la acumulación de los presentes momentos empieza a terminar en estas largas hojas y en las existencias de aquella entidad y del espacio. Momentos en los cuales tanto el uno como el otro entran en juego de discusiones y de deseos individualistas que los hacen alejarse de su amorío. Por el lado de aquella entidad, su motor de su presencia presentaba cuadros de dolores agudos, señalando el desprendimiento de lo que antes se sentía como amor y que ahora se siente como un fenómeno más que ha ocurrido en la vida del tiempo. Por otro lado, el espacio, sumergido en su silencio profundo, se ha dado cuenta de que su silencio ha hecho que la pasión de la conexión entre ellos también se fuera disipando.

Es en consecuencia el cierre de un capítulo en estas crónicas. El alejamiento cósmico de sus energías son una muestra de las grandes fluctuaciones que la verdad tiene en su recorrer universal. Los sentimientos no han muerto, ya que algunos podrán decir que donde hubo fuego, cenizas quedarán. Así, el amor entre estos personajes, espejo de otras existencias, queda en pausa, para crear otra burbuja al encuentro con otras experiencias, otros bailes, otros ojos, otras caricias, otra vida.

Un capítulo que se cierra en la incertidumbre del camino y la duda sobre lo que es verdad. Un final cubierto de contradicciones y de interpretaciones de palabras cuyas intenciones eran de compartir mas no de poseer; de experimentar, mas no de imponer; de hacer, mas no de debatir. Por ende, acá hemos llegado, a un puerto que es desconocido tanto para aquella entidad como para el espacio, cuyo camino será nuevamente despertado por la pregunta inicial, ¿quiénes son aquella entidad y el espacio en la vida de cada uno?

Previous
Previous

Une histoire sans histoire

Next
Next

Historias del Silencio