Gabo
En algún espacio de la vida
encontré un libro,
alguien lo llamo novela
y creí en esa teoría.
Al abrir la primera página
me di cuenta del embuste,
pues el colorido de las imágenes
y la posición de las palabras generaban tal confusión.
Los años pasaron
y la obra fue pasada a una pantalla
que tanto detestó el creador de esta obra;
aunque para su desgracia,
no pudo darse cuenta de que su creación puede ser hasta una sola canción.
Cada personaje vive su metáfora;
cada contexto tiene sus analogías místicas;
cada drama tiene su yuxtaposición con el amor
y cada punto termina y comienza con la belleza del verbo.
Nunca lo entendí hasta este presente,
la imagen de la novela se disipa
como la eterna búsqueda del Aleph o de la soledad;
así, nace un gran poema el cual vislumbra un pedazo de historia;
una historia dramática
y tan natural como lo es la costa de los mil colores;
con sus herencias negras
y su mestizaje autóctono; algo único en este universo.
Todo cobra vida en la novela,
la magia es la poesía
donde la metáfora realza la lengua del pueblo
y las interacciones con la naturaleza.
Esta es la historia impuesta por él,
el escritor que lo cambió todo,
donde todo cobra vida
sin perder el rumbo de la verdad.
La poesía es todo, Homero lo relata,
y hubo un artista serio en su pluma
que dedico toda una vida
a describir la realidad a través de ella, la poesía y su narración.