Adiós al Fútbol
Adiós al fútbol,
la nostalgia de un pasado
lleno de barro,
de batallas deportivas,
de cantos en familia
y de papelitos volando,
decorando lo que iba a ser
un encuentro sin egos.
Las pantallas y la modernidad;
la eterna búsqueda de la perfección humana
por encima de la naturaleza del error;
el infierno de la publicidad
y la constante exposición mediática
embarraron la belleza no solo de este deporte,
si no de todo lo que es y será popular.
No sobra hacer el reclamo a la violencia
que esta misma pelota provoca.
Ella ha matado y está untada de sangre;
todos somos responsables de su crimen,
pues puteamos y tiramos una moneda
para agredir y desear la muerte de lo sagrado.
Ahora, es de un contento sublime
ver la pelota rodar en el parque de un barrio,
donde las cámaras son ojos inocentes
y los cuerpos de los jugadores
todavía guardan su estética natural
lejos del plástico moderno.